11-12-2009
Por: Elvira Coronahttp://alainet.org/active/35011
Carrera de Antropología - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) - LA PAZ (Bolivia)
Fuente: Libération
Traducción: Alberto Nadal, Viento Sur
por Isabelle Stengers
30 de noviembre, 2009
La conferencia de Copenhague está cercana y nadie sabe si nuestros responsables anunciarán a su término solemnes compromisos verbales o algunos acuerdos vinculantes. Sería absurdo mostrarse indiferente, pero a propósito de un eventual acuerdo vinculante, se plantea la pregunta: ¿obligatorio cómo y para quién? Quienes lo firmarían ¿no se privaron, con los acuerdos del GATT y luego la creación de la OMC, del poder de obligar “al mercado”, a quien ha sido delegada la tarea de asegurar el futuro del mundo? De una forma u otra, “nuestros” responsables sólo son responsables de nosotros: de que seamos optimistas, de que nos “responsabilicemos” pero sin poner en peligro por ello el crecimiento. Deben esperar que las empresas capitalistas sabrán conjugar la competitividad (la guerra de cada cual contra todos los demás) con la preocupación por el futuro común; lo que se llama el “capitalismo verde”.
Hay que recordar que el proceso impulsado y controlado por la OMC continúa con fuerzas renovadas. No sólo condena como obstáculo a la libertad de comercio todas las tentativas locales de desertar, de traicionar los imperativos de la guerra económica (la palabra que mata es “proteccionismo”) sino que constituye, como horizonte insuperable, la patente de los saberes científicos y técnicos que, si fueran alguna vez pertinentes frente a la amenaza climática, deberían ser libremente accesibles, en primer lugar a los países pobres. La creación de estos saberes es confiada a una economía del conocimiento que confiere a los intereses industriales la tarea de pilotar la investigación. Típico es el asunto de los biocarburantes “innovadores”, objeto de investigaciones intensas, pero también de una carrera desenfrenada por las patentes a pesar de los “pequeños problemas” muy previsibles que esta energía llamada “verde” va a suscitar. Alternativa infernal: o bien los biocarburantes, o bien el sacrificio del empleo y del crecimiento. Continuaremos marchando en coche y otros pagarán.
No se puede confiar en el capitalismo para reparar los estragos de los que es responsable. Primero porque fiarse del capitalismo es siempre una mala idea, luego porque es incapaz. No está equipado para ello. Destruir es fácil, pero reparar, reapropiarse, reaprender, regenerar- reclaim (reclamar) , como dicen los activistas americanos- es algo muy diferente. Tanto más cuanto que se trata, como lo había visto ya, Felix Guattari en sus Tres Ecologías , de abordar la triple devastación, que hoy continúa como si no hubiera ocurrido nada: la devastación de la tierra, por supuesto; pero también la de las capacidades colectivas de crear y de cooperar -así, el trabajo sistemático de destrucción de las solidaridades colectivas que ha producido el nuevo “sufrimiento en el trabajo”. En cuanto a la tercera devastación, la capacidad de pensar y de sentir de los individuos. La voz que susurra “porque lo valgo” tiene, ejemplo entre mil, la eficacia de un verdadero embrujo, pero ocurre lo mismo con las exhortaciones que hacen de cada uno el pequeño empresario de su vida, una vida en la que es preciso, incansablemente, moverse, reciclarse, invertir y hacer prosperar su capital de “atractividad”.
Vivimos tiempos un poco similares a la “drôle de guerre” /1, cuando se “sabía”, pero con un saber un poco irreal -todo parecía continuar como antes y la situación no parecía ofrecer ningún enfrentamiento. Y esta ausencia de enfrentamiento -no se habla de los “pequeños gestos” que “todos podemos hacer”- es sin duda el primer problema, el que produce un silencio ensordecedor -o también reivindicaciones “consensuales” (un crecimiento socialmente justo y ecológicamente sostenible) que dicen la solución sin abordar ni el problema ni sus consecuencias para hoy. Porque la cuestión de lo que es sostenible es bastante diferente de la evidencia flagrante de la injusticia social. ¿Se recuerda que los OGM fueron presentados como las claves de una agricultura sostenible? Fue preciso que el rechazo hiciera audibles las objeciones usualmente ahogadas para que se reconociera que aportaban más bien un “crecimiento sostenible” a Monsanto&Cia. En otros términos, luchar contra el capitalismo verde y resistir a los llamamientos que vendrán del tipo “es necesario que” , pidiendo a todos la aceptación de los “sacrificios necesarios” frente a la urgencia climática, exige más que las reivindicaciones defensivas y de denuncia: una forma de inteligencia colectiva, alimentada por saberes heterogéneos minoritarios, capaz de fabricar enfrentamientos inesperados y de hacer que nuestros responsables tengan dificultades para responder, al ser sus “es necesario que” cogidos de improviso.
Fabricar tales enfrentamientos no significa en absoluto el abandono de las reivindicaciones colectivas tradicionales, sino que implica una apuesta: la de “confiar” en quienes defienden dichas reivindicaciones. Tener confianza, por ejemplo, en su capacidad de defender los derechos del trabajo a la vez que se oponen a las políticas de control, es decir, de hostigamiento, hacia los parados. Las estrategias de activación de los parados forman parte de lo que el capitalismo hace hacer al Estado a fin de ser él mismo aquello de lo que todo depende -el empleo debe seguir siendo ese “fuera del cual no hay salvación” , pues en su nombre se articularán todos los “ya se sabe, pero sobre todo no hay que poner dificultades al crecimiento”. La capacidad de resistir al veneno moralizador que opone al “buen” parado, que quiere un trabajo, a los “aprovechados”, forma parte de esta inteligencia colectiva tan necesaria hoy. Gilles Deleuze escribía que, a diferencia de la derecha, “la izquierda tiene necesidad de que la gente piense” . Nuestros responsables no pueden más que encomendarse a un capitalismo que, verde o no, no está equipado para pensar, sino solo para aprovechar las oportunidades que se le van a ofrecer. Confiar en la posibilidad de que “la gente” se reapropie de la capacidad de pensar, colectiva e individualmente, es lo que se impone ya, si se trata de no asistir, impotentes, a la triple, e irreversible, devastación de nuestros mundos.
Isabelle Stengers es filósofa, profesora en la universidad libre de Bruselas. Su última obra publicada: Au temps des catastrophes. Résister à la barbarie qui vient , les Empêcheurs de penser en rond-la Découverte, 2009.
1/ [NT] La drôle de guerre o “guerra de broma”, de pega, de mentira, a veces conocida como La Guerra Falsa, es una expresión francesa, para referirse al periodo de la Segunda Guerra Mundial sobre el teatro europeo, entre la declaración de guerra por parte de Francia y el Reino Unido, contra Alemania el 3 de septiembre de 1939 y la invasión por parte de esta última del territorio francés, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos el 10 de mayo de 1940. Fue instituida como tal por el periodista Roland Dorgelès, cuando utilizó la expresión en un reportaje sobre el ejército aliado que esperaba la ofensiva tras la línea Maginot (tomado de Wikipedia).
El tiempo
Revisión y análisis comparativo del concepto de tiempo en las civilizaciones occidental y amerindia, y su importancia en economía.
ABERCROMBIE, Tom (1993) “Caminos de la memoria en un cosmos colonizado”, en: (comp.) T. Saignes, Borracheras y memoria. La experiencia de lo sagrado en los Andes,
ESTERMAN, Josef (2004). “¿Progreso o Pachakuti? Concepciones occidentales y andinas del tiempo.” Fe y Pueblo, Nº5 (julio).
Números y dinero
Los números y la aritmética son la base de todo sistema contable. La comparación entre la abstracción andina y occidental en el uso de las matemáticas nos mostrarán los aportes de la antropología al estudio comparativo de la economía. Relacionaremos este tema con la contabilidad de los dones y contradones en los prestes o fiestas y con la competencia de regalos entre esposos en la ceremonia de matrimonio.
HARRIS, Olivia (1987) “Phaxsima y Qullqi. Los poderes y significados del dinero en el norte de Potosí” en Economía étnica,
URTON, Gary (2003) La vida social de los números. Una ontología de los números y la filosofía de la aritmética quechuas, Cuzco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas. LEONOR CUEVAS
La producción agrícola en los Andes en tiempo de crisis alimentaria
Sistemas agrícolas en los Andes – Tomaremos dos casos de producción específica andina: la coca y la quinua para analizar su proceso de transformación –
VAN DEN BERG, Hans (1990) La tierra no da así nomás. Los ritos agrícolas en la religión de los aymaras-cristianos,
LAGUNA, Pablo, CACERES, Zina y CARIMENTRAND, Aurélie (2006) “Del Altiplano Sur Bolivariano hasta el mercado global: Coordinación y estructuras de gobernancia de la cadena de valor de la quinua orgánica y del comercio justo” en Agroalim. [online]. jun. 2006, vol.11, no.22 [copiado 18 Agosto 2008], p.65-76. Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316- 03542006000100006&lng=pt&nrm=iso>. ISSN 1316-0354. SEBASTIAN JIMENEZ
Mercado capitalista: ¿existen otros mercados?
¿Tiene el capitalismo el monopolio del mercado? - ¿Sería posible un “mercado de reciprocidad? - Analizaremos la producción de quinua en el marco del comercio justo (el comercio justo es un intento de “moralizar” el capitalismo. Permite a los productores-comercializadores del Sur obtener mayores ingresos por la venta de sus productos, pero tiene a la vez consecuencias y repercusiones sociales y ecológicas en las comunidades productoras. Analizaremos el debate actual respecto al comercio justo a partir de las experiencias de la exportación de quinua en Oruro.)
TEMPLE, Dominique (2007) “El mercado de reciprocidad negativa” en La teoría de la reciprocidad Tomo II,
YAMPARA Simon & Dominique TEMPLE (2008) Matrices de civilización. Sobre la teoría económica de los pueblos andinos, El Alto: GMEA/Qamañ Pacha (cap. I y II). TATIANA RAMOS Y LIBIA TANCARA
Turismo
A partir de ejemplos concretos, se analizará el alcance del turismo comunitario promovido por las comunidades y los municipios andinos en los últimos años. En especial se reflexionará sobre la ambigüedad de la comercialización de la cultura y de la religión.
FLORES OCHOA, Jorge (1996) “Buscando los espíritus del Ande: Turismo místico en el Qosqo”. En: (eds.) TOMOEDA H. y Luis MILLONES, La tradición andina en tiempos modernos. Senri Ethnological Reports 5. Osaka: National Museum of Ethnology. pp. 9-30. SERGIO NOGALES
Seminario Internacional "Crisis del Sistema Mundo-Capitalista" | |
Como parte del seminario "Crisis del Sistema Mundo - Capitalista", El sociólogo y científico social estadounidense Immanuel Wallerstein, además de tener un gran reconocimiento en el ámbito académico mundial por su amplia trayectoria y sus aportes, es un reconocido pensador social con mucha profundidad política, que generó creativas propuestas teóricas para comprender el sistema mundial. Su pensamiento es una propuesta teórica provocativa para el proceso que vive Bolivia, primero, por la relación directa que tienen los problemas que este pensador aborda con nuestra realidad, por ejemplo: el sistema-mundo y la crisis capitalista mundial, la relación entre raza, nación, clase y género, los movimientos sociales antisistémicos y la crítica epistemológica de las ciencias sociales y, segundo, por el carácter de su pensamiento crítico respecto del sistema-mundo capitalista. PROGRAMA SEMINARIO: Conferencia: ?Causas y consecuencias de la actual crisis económica mundial? Expositores: Immanuel Wallerstein, Álvaro García Linera Lugar: Auditorio del Banco Central de Bolivia, c. Ayacucho esquina c. Mercado Fecha: Martes 13 de octubre Hora: 19:00 Conferencia: ?Latinoamérica y los movimientos sociales antisistémicos? Expositores: Immanuel Wallerstein, Luis Tapia Lugar: Auditorio del Banco Central de Bolivia. c. Ayacucho esquina c. Mercado Fecha: Miércoles 14 de octubre Hora: 19:00 Acto de nombramiento de Doctor Honoris causa al Dr. Immanuel Wallerstein Lugar: Paraninfo universitario UMSA, Av. Villazón Fecha: Jueves 15 de octubre Hora: 18:00 Conferencia: ?Redefiniciones históricas de nación, etnia y clase en el contexto del sistema mundo capitalista? Expositores: Immanuel Wallerstein, Raúl Prada Lugar: Paraninfo universitario UMSA, Av. Villazón Fecha: Jueves 15 de octubre Hora: 19:00 | |
Fuente: Dirección de Comunicación de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional |
El esencialismo dominante
En Bolivia, el mestizaje es un tema de discusión controversial: negativo para algunos, porque estaría corrompiendo una supuesta doble pureza original (del “blanco” y del “indio”), el mestizaje es presentado como beneficioso por otros porque una nación mestiza permitiría resolver el llamado “problema nacional” (política del MNR a partir de 52).
Las visiones se fundamentan en concepciones esencialistas (la etnicidad basado en rasgos inamovibles y por lo tanto muchas veces biológicos) de la etnicidad: si alguien adopta un idioma ajeno, cambia de vestimenta o va vivir a la ciudad… ya sería mestizo. El “indio” es aquel que vive en la comunidad (en una TCO o en un ayllu), trae abarcas y habla su idioma nativo. Así lo expresa el historiador Ramiro Prudencio[1]:
En cuanto a los indios, basta que aprendan castellano o se avecinen a una ciudad para que sean culturalmente mestizos. Por lo tanto, el cristianismo, el castellano y nuestra cultura virreinal mestiza, con las Vírgenes de Copacabana, Cotoca y Urkupiña, y con el Cerro Rico de Potosí, la Universidad de Charcas, y las misiones de Moxos y Chiquitos, son el origen y base fundamental del ser boliviano.
La clasificación de la población en categorías en función al tipo de mestizaje biológico sufrido por cada persona, era un proyecto colonial destinado a fragmentar y jerarquizar a los pueblos colonizados, evitando así toda reivindicación masiva, y garantizando la superioridad de los blancos. El estudio de Pitt-Rivers sobre las “castas” en México nos da una buena idea de esta naturalización de la población: un “mestizo”, por ejemplo, procedía de un hombre “blanco con una india”, un “mestindio” de un “indio con una mestiza”, un “cholo” de un “mestizo con una india”, etc.
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, se busca justificar “científicamente” la exclusión de los “mestizos e indios” de la ciudadanía boliviana, acudiendo al positivismo y el darwinismo europeo de la época:
“Según Antelo, que se refería a Bolivia, el cerebro indígena y el cerebro mestizo son por sus mismas células incapaces de concebir la libertad republicana con su orgullo democrático y sus prestaciones cívicas. Por términos medio, estos cerebros pesan entre 5,7 y 10 onzas menos que el cerebro de un blanco de raza pura” (G. René Moreno, 1960 citado por Démelas 1981[2])
Sabemos que “misiones científicas”, la de Créqui-Montfort y de Rouma, por ejemplo, comprobaron la inferioridad biológica indígena y por ende su incapacidad de adscribir al proyecto civilizador de la élite criolla al poder, tema que un siglo después está lejos de haber sido resuelto.
Al ser usadas para estigmatizar y discriminar a la población indígena y mestiza a lo largo de la historia boliviana, el uso de categorías étnicas resultan prácticamente tabú en la vida cotidiana o utilizados para insultar o inferiorizar a la gente. “Chota”, “chola”, “birlocha”, “indio”… por ejemplo son designaciones peyorativas que representan difícilmente –menos tal vez en cierto medio intelectual- categorías de auto-identificación étnica. Llegamos a la situación de que la sociedad boliviana tiene profundas contradicciones étnicas, pero no tiene las palabras para hablar de ello, sino en términos que excluyen a su vez.
Cabe mencionar también, que el esencialismo que sirve para discriminar, es al mismo tiempo prácticamente indisociable de toda lucha de reivindicación étnica. ¿Cómo reivindicar los derechos de un grupo étnico o nación indígena, sin encontrar factores objetivos de identificación? ¿Sin insistir en algunos rasgos comunes, y no así en todas las diferencias que existen en un grupo? Encontramos todavía un trasfondo esencialista-biológico en los discursos indigenistas-indígenas de hoy: “La sangre llama” evocaba Evo Morales el 6 de septiembre para aliarse a los candidatos indígenas (Roman Loayza y Felipe Quispe, etc.).
Como ya lo dije, la etnicización de la sociedad boliviana correspondía a un proyecto colonial. Sabemos que el término “aymara” llegó a representar a una nación durante la colonia, pues antes – y hasta hoy en muchos casos- designaba únicamente a un idioma.
En el Censo de 2001, la categoría “mestizo” no era presente en las opciones sobre auto-identificación étnica.
Silvia Rivera[3] menciona al respecto:
No sé cómo representan los autores de estos mapas la composición étnica del resto de la población y el territorio, la que no está incluida en los bolsones territoriales indígenas. ¿Será que constituyen la trigésima séptima etnia? ¿En ella cabremos las birlochas, las cholas y los mestizos? ¿A qué etnia pertenecen los descendientes de migrantes croatas, alemanes o japoneses? Yo creo que el esquema esencialista y compartimentado de la etnicidad forma parte de las estrategias de las elites para reproducir su poder, ya que en este universo fragmentado, sin duda alguna, quienes no están nombrados son los que mandan y ordenan la sociedad política. Así acallan y dominan a los indígenas al convertirse en sus asesores, intelectuales y voceros.
Mestizaje y globalización
En la discusión del día viernes, hemos visto que el mestizaje –tal como lo encontramos en la globalización- está asociado a la homogeneización, es decir negativamente, como una amenaza a las culturas locales, como un proyecto cultural mundial, orquestado desde el el Norte. En realidad, parece que la globalización –que sin duda es un proyecto basado en la expansión mundial del capitalismo- se asocia a procesos culturales más complejos. Observamos por ejemplo que la globalización no impide -y más bien genera- reacciones mediante procesos “heterogeneizantes” de pueblos, culturas, regiones, etc.
Es que seguimos vehiculando esta visión victimaria de los países del sur, como simples actores pasivos del consumismo globalizado, sin capacidades de reacción, apropiación, interpretación, elección.
Mestizaje e ideología
Se subrayó también, el día viernes, la dificultad a mi modo de ver está en la inevitable connotación política e ideológica de toda posición sobre el mestizaje, como si identificarse –o no- como mestizo sería estar a favor o en contra del proceso político actual, cuando en realidad la mayoría de los actores del gobierno se identifican o pueden ser identificados como mestizos, proceso acentuado por las listas de candidatos a diputados y senadores del MAS en las próximas elecciones.
Notas
[1] Ramiro Prudencio , El mestizaje en Bolivia, La Razón, 26 de julio de 2006, diponible en: http://sitemason.vanderbilt.edu/files/gp2njG/2006%20Bolivia%20La%20Razon%20Columnistas%20El%20Mestizaje%20en%20Bolivia%20por%20Ramiro%20Pudencio%20Lizon%20julio%2026.pdf (consultado 20/09/09)
2 Danièle Demelas (1981) “Darwinismo a la criolla: el darwinismo social en Bolivia 1880-1910”, Revista Historia Boliviana I/2.
3 Silvia Rivera, Violencia e interculturalidad.
Paradojas de la etnicidad en la Bolivia de hoy, disponible en: www.ubnoticias.org/file_download/.../violenciaeinculturalidad.pdf